Muchas veces creemos que tenemos una
memoria perfecta, que podemos recordar hechos puntuales con sumo detalle, ¿Pero
qué pasa con esos recuerdos que nunca fueron?
Los científicos han encontrado la
denominada “memoria falsa”.
A veces nuestro cerebro puede confundir
hechos de la realidad con los imaginarios. Muchas personas han declarado
recuerdos de la infancia que no han pasado realmente, pues los registros de
nuestra memoria tienden a confundir el hecho real con creaciones propias o
implantadas.
Puesto a que nuestro
cerebro tiende a crear
estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos ajenos.
estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos ajenos.
Nuestra memoria tiende a ser fragmentada
y muy pocas veces es exacta, una de las cosas que hace nuestro cerebro cuando
intentamos recordar una situación precisa es llenar esos espacios vacíos en los
que no encuentra información.
A menos que podamos demostrar lo
contrario nuestro cerebro se aferrara fuertemente a la convicción de ese
recuerdo, y nuestro compromiso emocional es tan alto que nos vemos defendiendo
esta idea a capa y espada.
Puesto a que nuestro cerebro tiende a
crear estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de
robar recuerdos ajenos. Un ejemplo muy claro es cuando una vecina nos cuenta lo
que le sucedió en el banco la semana anterior, al seguir tan interesados su
historia, luego de unos días, nos encontramos contándole la misma historia a un
amigo como si fuera propia.