La mayoría de las veces, ni tan siquiera somos conscientes de lo que sentimos cuando lo estamos sintiendo.
La verdad es que llevamos toda la vida pensando cuando sentimos, lo cual ha convertido cada sentimiento en una interpretación, una conjetura constante llevada por el raciocinio, y cada experiencia en un objeto comparado, una clasificación de intensidades que de forma errática queremos ordenar.
El sentir se ha perdido entre pensamientos.
Y cuánto menos, es paradójico pensar que ese sentir se pierde por pensar en lo sentido.
Nadie, en nuestros inicios nos enseña a sentir, nos enseñan a pensar; la mente no para de pasar de un pensamiento a otro, y todo ello bajo el tamiz de la lógica, del efecto de causalidad, del más puro efecto causa-consecuencia; y es ahí donde se pierde el sentir, se devalúa, se modifica, pierde el valor y el sentido.
El sentir se ha perdido entre pensamientos.
Y cuánto menos, es paradójico pensar que ese sentir se pierde por pensar en lo sentido.
Nadie, en nuestros inicios nos enseña a sentir, nos enseñan a pensar; la mente no para de pasar de un pensamiento a otro, y todo ello bajo el tamiz de la lógica, del efecto de causalidad, del más puro efecto causa-consecuencia; y es ahí donde se pierde el sentir, se devalúa, se modifica, pierde el valor y el sentido.
Cuando estamos atentos, observando el sentir, y dejando a un lado el pensamiento para centrarnos en el sentir, y nos hacemos plenamente conscientes del sentir, sin interpretarlo, sin programarlo, vivimos en otro nivel que nos aleja del mundanal ruido y nos hace sentirnos más nuestros, más vivos, MÁS, sin más.
Intentemos pues vivir sintiendo desde nuestra luz y no desde nuestras sombras, vivir para sentir el momento, el ahora, el carpe diem interior y reflexivo de sensaciones ahora. Sin tener que argumentar, categorizar ni poner jerarquías a nuestras vidas.
Este "vivir sintiendo" sin interpretaciones, sin juicios, con total aceptación, amándote y respetándote en cualquier circunstancia, cultivando la fortaleza interior y el poder del amor, si en resumen eres capaz de "mirar" con amor, estarás en condiciones de dar amor y de relacionarte creativamente con el mundo y los demás, especialmente en tus relaciones personales, y vivir tus relaciones desde la fuerza interior y no desde la dependencia.
Este "vivir sintiendo" sin interpretaciones, sin juicios, con total aceptación, amándote y respetándote en cualquier circunstancia, cultivando la fortaleza interior y el poder del amor, si en resumen eres capaz de "mirar" con amor, estarás en condiciones de dar amor y de relacionarte creativamente con el mundo y los demás, especialmente en tus relaciones personales, y vivir tus relaciones desde la fuerza interior y no desde la dependencia.