martes

UNA IDEA


Venga, vamos a intentarlo... Llevo varios días pensando en tí y mezclando esa idea con el ñiñiñi de que todo es causa de que si ya es duro enfrentarse a una hoja en blanco, más lo es sin mi pluma.

UNA IDEA.




Qué bonito me resultan siempre las entradas calmadas. ( Todo muy rollo metafórico y llevado al terreno más puramente visceral del sentimiento, así sin más, como cualquier cosa...)

A veces la música tiene licencia
licencia para dolerte por dentro
para acariciarte el alma.

A veces te baja las sábanas
sin pedirte permiso
sin saber hasta donde ni hasta cuando.

A veces la música te escuece dentro
y otras se convierte en magia.

Porque hay quien sabe ser magia
aunque nunca llegue a saberlo.
VM.

Pesa cada palabra que se escapa por mis dedos. Toneladas.
No sé por qué.

"Qué bueno nacer valiente!"

Yo realmente, no tengo nada que decir, sólo pasaba por aquí a dejar una cancioncilla.
Y es que los años, crean o no crean ustedes, pesan; y no está de más tener a mano un puñadito de palabras bonitas.

La idea ya está. Y la canción también. (Intrínsecamente, 1 en 2)

Hasta más ver!
Sean moderadamente felices!
Hasta luego!!


"Rómpeme el vestido y cansemos hasta a los amaneceres"

miércoles

Las neurociencias y lo que la verdad esconde.



Muchas veces creemos que tenemos una memoria perfecta, que podemos recordar hechos puntuales con sumo detalle, ¿Pero qué pasa con esos recuerdos que nunca fueron?
Los científicos han encontrado la denominada “memoria falsa”.
A veces nuestro cerebro puede confundir hechos de la realidad con los imaginarios. Muchas personas han declarado recuerdos de la infancia que no han pasado realmente, pues los registros de nuestra memoria tienden a confundir el hecho real con creaciones propias o implantadas.
Puesto a que nuestro cerebro tiende a crear
estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos ajenos.

Nuestra memoria tiende a ser fragmentada y muy pocas veces es exacta, una de las cosas que hace nuestro cerebro cuando intentamos recordar una situación precisa es llenar esos espacios vacíos en los que no encuentra información.
A menos que podamos demostrar lo contrario nuestro cerebro se aferrara fuertemente a la convicción de ese recuerdo, y nuestro compromiso emocional es tan alto que nos vemos defendiendo esta idea a capa y espada.
Puesto a que nuestro cerebro tiende a crear estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos ajenos. Un ejemplo muy claro es cuando una vecina nos cuenta lo que le sucedió en el banco la semana anterior, al seguir tan interesados su historia, luego de unos días, nos encontramos contándole la misma historia a un amigo como si fuera propia.


No excuses

Lo más leído