martes

Hay veces que dudo sobre mi misma pensando si debo actuar como “debo” o como “siento”, y en esos momentos en los que se produce un doble camino es donde recuerdo que… posiblemente lo que más encandila a mi gente de mí ha sido tradicionalmente que siempre me he mantenido muy apasionada en mi forma de vivir, ya fuese rompiendo alguna norma o alguna forma convencional de actuar, o guiándome por mis sentimientos y mis ganas de obtener mis sueños por el camino más dulce, más gratificante o simplemente… simplemente porque es mi forma de ver la vida, o mejor dicho, es la forma de ver mi vida en pro de mi propio sentir y con el claro convencimiento de que la felicidad en los que me rodean se me contagia y sólo puedo hacer eso, sembrar en los demás para recoger mi propio beneficio. ¿Será muy simple pensar que es egoísmo?

Pero igual estoy equivocada y no es necesario ir siempre contracorriente por querer demostrar que realmente soy distinta a los demás.

Imagino que todos en alguna ocasión nos hemos sentidos en una situación así, de hecho no voy a engañarme y sé que esa dicotomía en la forma de enfrentarse a cada suceso de la vida es real en toda la gente con un mínimo de sentimiento… obviamente en los que tenemos muchas dosis de esos sentimientos el miedo a coger el camino correcto es mayor, puesto que la apuesta también lo es… y lógicamente la recompensa que se obtiene es mucho mas grande, más personal y más trascendental a la hora de conformar mi propia personalidad.

Y la pregunta tal vez sea si debemos vivir a flor de piel sintiendo lo que hacemos con pasión y con la certeza de que realmente lo que sentimos y lo que valoramos va intrínseco en nuestros actos, o por el contrario, debemos vivir bajo las normas, las obligaciones y ciñéndonos a lo que se espera y se desea de nosotros mismos, un camino más fácil puesto que las normas nos vienen dadas, pero seguramente mucho menos gratificante internamente.

Tal vez el saber que se obra bien también da un placer personal al saberse heredero de un buen acto, de algo correcto; pero en el fondo, no puedo dejar de pensar que ese beneficio es menor en mi persona y mayor en los demás, en aquellos que escuchan, en aquellos que esperan y posiblemente en aquellos que sin más, están al otro lado.

Me esforzaré y prometo hacerlo (como lo hago, no sé si bien o si mal, pero es así como consigo que salga) intentaré seguir actuando de forma que no altere los esquemas de los demás, de forma que mi actitud no rompa con convencionalismos o con arquetipos que están presentes, porque en el fondo, solo soy una persona, una estudiante, una compañera, una amiga, una hija y… lo de ser YO posiblemente sea solo para mostrar a unos pocos y en su justa medida…

No sé, no quiero mostrarme radical porque imagino que ciertamente en el fondo no puedo evitar tener momentos en los que no puedo controlar mis sentimientos y en los que obviamente intercalo y mezclo lo que se espera con lo que se me escapa por ser lo mas intimo y personal que llevo dentro y no puedo retener.

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