domingo

ALGO PERSONAL

Cosas que transmiten como nadie las "voces negras"... y sin pretensión de hacer clasismo, es que las negratas lo hacen como dios!




Ni necesito que nadie lo entienda, ni quiero que con esfuerzo se consiga... simplemente es asi, y si transmite algo, será que está bien hecho.
El poder de una caricia que no quiere terminar de ser caricia, el carácter de una mano rozando otra piel... Los pétalos de una flor que desaparecen... estas cosas no necesitan explicación.
Junto a imagenes, sensaciones y sentimientos, tal vez... como siempre... vivir para sentir.
Muchas veces queremos expresar impulsos que no conseguimos caracterizar con palabras, aspectos de nuestro interior que no conseguimos calificar con ninguna palabra porque el miedo o la rigidez no consiguen hacer mérito a lo que realmente queremos soltar. Tal vez una duda ante el camino sabiendo que si continuamos nos haremos daño, tal vez una sabia vuelta atrás, o simplemente no dejarnos caer al vacio...

Palabras inconexas? Para mi no...

Y Amelié llora, porque hasta Amelié llora en la busqueda de la felicidad; y por ello no es un signo de flaqueza ni de derrota, tal vez solo un seguir hacia adelante.
No pretendo explicar el video que nadie debe entender, no puedo poner palabras ante lo que realmente no tiene explicacion porque incluso Roberto sabe que ha actuado bien a pesar de no conseguir un triunfo, su vida sigue igual, el dolor y el daño siguen ahí, pero no podía actuar de otra forma... Ahora el colgante es suyo.

Mis árboles se rompen, desaparecen, me dejarán sola esta vez?

1 comentario:

  1. ¡¡¡Yeahh!!!

    ¡Cojonudo, lo del principe azul!

    Hummm, vivir para sentir....

    En el fondo creo que vivir es sentir

    Pero nos hemos creado una forma de vida tan absurda que estamos en permanencia anestesiados. Y sólo sentimos el disgusto gris de saber que van pasando los días, los segundos y los años y nuestra vida transcurre sin emociones. Es decir, sin vida.

    Me han interesado especialmente de tu blog esta idea, de vivir para sentir, y aquella otra de que nuestras acciones, aun las más triviales, tienen una influencia radical sobre las vidas de los demás. Hacer entonces lo que casi todos hacemos siempre: actuar de manera casual, sin dar importancia a cada uno de nuestros gestos, resulta indigno.

    Sólo resulta digno lo otro, mantener la plena consciencia de cada uno de nuestros gestos, que entran en el mundo para ejercer una influencia real.

    Saludos, volveré por aquí, si no te importa.

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