miércoles

 

Aún me golpean dos hendiduras de luz

Una de pupila a pupila

otra de comisura a comisura

de mis labios cuando forman una sonrisa

 

“Las dormidas”. Sueño con ellas

cada noche que mi almohada

no encuentra simetría

el estar colocadas

de la misma forma y medida

a la misma altura y

en la misma posición

a uno y otro lado

del eje, un punto o un plano.

 

(Cogidas de la mano en la cama

frente a frente

con los ojos abiertos

las dos con la misma sonrisa

las dos con las rodillas flexionadas

las dos amando al unísono,

entreabriendo los labios a la par...

fundiéndose los espejos

siendo las manos de lava

que queman tu piel...)-.

 

Poco a poco el foco de luz crece

hasta iluminarme de pies a cabeza

cuando mi alma gemela

a buscarme aparece

y sus puentes de sol se estiran

para ofrecerme un abrazo.

 

Retomando instantes anteriores

-yo en la cumbre, mirando al cielo;

Disfrutando del eco de tus párpados-.

Volteando tu vestido blanco

mientras bailas al timbre de piano

Sin ruido de fondo,

con alas de escayola,

añil brillante sobre los ojos

y un cielo tan, tan iluminado...

 

El alivio de un sueño perfecto

que reverbera en mi pecho

soltando todos sus pecados.

 

Tumbada en el jardín alzo mis manos para intentar cogerte

mas tu sigues y sigues danzando mientras yo feliz sonriéndote.

 

Y ahí por fin consigues el placer de sentir su tacto, su olor, su respiración en tu cuello, y evitas llorar por miedo a que se escurra la felicidad por las mejillas y que piense que estás triste cuando en realidad tus pulmones están saboreando el cielo

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