jueves

EGOCENTRISMO!!!

EGO! EGO!!

Si, porque yo escribo este blog, porque este blog es mio y porque además yo lo leo. YO YO YO … y porque en el fondo , lo siento, pero escribo para mi. Egocentrismo? Terapia? Puede ser… Llamémoslo como queramos, pero es para mí.

Últimamente estoy algo empecinada en el contenido de los conceptos en si, creo que evidente es mi guerra con la palabrita “desaprender” puesto que creo que hice una entrada solo para ella, pero hoy vamos a ir un poco más allá, con algo mucho más variopinto, incluso divertido y enriquecedor, yo creo…

Hay conceptos que se pueden sustituir por otros casi de una forma plena, otros sin embargo al ser sustituidos o amoldados por otros conceptos similares, pierden algún matiz que le hace plenamente calco de la realidad que quiere plasmar, pero podidamente hay conceptos o creaciones lingüísticas que no pueden ser sustituidos.

El concepto "hijo de puta" no posee en nuestro idioma otros que lo reemplacen. Y no es un insulto a las madres, como suelen afirmar muchos.

Es toda una definición de un estilo y una filosofía de vida deliberadamente elegida. Si bien algunos creen que "mala persona" es un concepto alternativo. Pero no. "Mala persona" es un concepto cargado de subjetividad y creado desde la opinión de las víctimas ocasionales. En cambio, un hijo de puta es una mala persona indiscutible, y es una definición ecuánime. No es simplemente alguien que se comporta como mala persona.

Ser mala persona es una parte ínfima de su elegido estilo de relacionarse con los demás y de considerar al mundo de los afectos. La diferencia es visible: cualquiera puede ser considerado como mala persona por actitudes juzgadas por terceros. Pero en estos casos existe la posibilidad de error y reparación. Un hijo de puta no desea jamás la reparación, pues ser hijo de puta es su esencia.

Una supuesta mala persona puede llegar a considerar la posibilidad de dejar de serlo. Pero un hijo de puta ni siquiera evalúa esa posibilidad. Ha elegido serlo hasta su muerte.

Y repito esta idea: "ha elegido" ser un hijo de puta. Es su responsabilidad. Muchos de ellos hasta sienten placer y una sensación de "poder" al ser señalados como tales. Se jactan de su "hijoputez".
Podría caer en la simplificación de suponer que hijo de puta se nace.

Sin embargo opto por seguir respetando aquella esperanzadora creación natural de los bebés incorruptos. De este modo, hijo de puta deja de ser un adjetivo para pasar a considerarse toda una definición humana.

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