sábado

Encontré esto!

Vale, si, sabía que existía, pero lo tenía casi casi olvidado. Y me sorprendió mucho el momento. A ver q me explique...


Os pongo en situación, va?
Mi habitación, poca luz y una cama inmensa compartida con cigarros, buena musica de fondo, conversaciones que duran horas y un corazon en primer plano que no es el mío pero siente los reflejos de mis palabras con abrazos. (lo de este corazón ya lo explicaré otro dia, que sino me lío) ^^

Pues ahí, con una situación sin escudos, con un par de almas entre las manos, y una sinceridad tan a flor de piel que podría asustar al mas valiente, apareció este papelito que aún sin saber a ciencia cierta lo que ponía, tenía la certeza de que pesaba más de lo que mil toneladas de papel pudiera suponer. Pesa... pesa ese cachito de hoja solo con mirarlo de reojo, y no son kilos, ni toneladas, son tan solo sentimientos.

Bien, pues... el caso es que con el papel entre mis manos, no hubo ni duda ni titubeo, y mira que ante algo asi, cualquier hijo de vecino hubiera preferido soltar un silbidito a modo disimulo y dejarlo para otra ocasión. (Estas cosas normalmente se “esconden” no vaya a ser que nos tachen de sentimentaloides, tiernurris o algo peor... ¿algo peor? MOÑAS; que a veces eres un poco moñas!)

Pues si, leí.

Sorpresa en mi pulso, sorpresa en mi respiración, y sobretodo, sorpresa en la seguridad y la sensación de estar tan a gusto leyendo algo así sin temor a nada más, y con la apuesta sobre la mesa (o sobre esta cama) de querer mostrar lo que hay, o... lo que lees, sin tapujos ni miedos, sin trampa y sin cartón! (ay ay... por cierto, recuerdome que estoy dibujando un árbol en un cartón...)

Bueno, que... eso... que venía a dejarlo por aki, tal vez algún día necesite ver que yo también puedo bajar muy abajo y subir como la espuma.

“Yo, bienvenida sea.
Hoy ya fin de año, es la 1:20 y por fin 31 de diciembre. Así termina mi peor año.
Echando la vista atrás hoy puedo recordar: Empecé el año 2002 dando mi confianza a aquel Iván que pronto cambió y perdí. Quizás este año es en el que más cosas he perdido, tambien perdí a a Sara y sucesivamente a mi Princesa, e incluso últimamente a Ana... ¿increíble? Pues si. Pero a ti Princesa no creo haberte perdido. ¡Mi pequeña cocoliso” Siempre te tendré a mi lado y espero que tú no me abandones porque “AUNQUE ESTEMOS SEPARADAS, ESTOY TAN CERCA COMO TU QUIERAS” Princesa... nunca te he necesitado tanto como ahora que “no estás” y ansío encontrarte y verte pronto. Tú eres la única que puede hacerme despertar y conseguir que yo pueda seguir viviendo, sin ti no existo, no soy nadie, casi transparente en este mundo.
¡Joder Cris! ¿Qué me pasa? ¿Qué me has hecho? Creo que tu hermana se fue contigo y lo que queda ya no es importante. ¿Comprendes ahora que no se vivir sin ti? No he vuelto a ver la felicidad desde que no estás, no he vuelto a ver mi vida. Eras la luz de mi vida, el motor y la energia, sinceramente no veía TODO lo que influías en mi, pero ahora comprendo que eramos dos, un tándem, y sin ti no puedo continuar el camino.
¿Así pretendes que levante a papá y a mamá? Lo siento picula, pero no puedo ni sujetar mi alma para que no vaya en tu búsqueda. Sé que tu sabrías qué hacer en cada momento, pero ahora dudo de sí aguantarías algo como esto manteniendo la misma vitalidad y estusiasmo.
Creo que necesito olvidar lo que pasó en aquellos 4 meses, pero ni puedo ni quiero. No quiero hacerlo porque... peque, fue la mayor lección que nadie puede dar. Mantuviste el tipo hasta el último segundo, hasta el último aliento de vida, quizás demasiado... y siempre me preguntaré cómo fuiste capaz de explicarme lo que es la vida en el último minuto de la tuya. GRACIAS. Pero creo que no seré capaz de aprenderlo, ahora no tengo nada ni tengo a nadie que signifique lo que significábamos nosotras, como para luchar tanto.
Yo soy la cobarde, la que se rinde.
No quiero olvidar lo que demostraste en aquel tiempo, no quiero olvidar cómo aún viendote morir mantenías la calma y nos ibas dando la fuerza para poder aguantarlo. Cris... “



(creo que después de esos puntos suspensivos lloré y no podía seguir escribiendo, por lo que decidí marcharme a dormir. Para que luego diga mi madre que yo nunca lloro, joe!)


Y ahora lo transcribo, lo leo, y veo lo gris, veo lo triste, y veo que en aquel momento uff... jodido de llevar, eh! Pero... si has leido hasta aquí y no has leido el CAPITULO 3 , deberias hacerlo porque incluso algo asi, se termina transformando en una sonrisa.

(Qué curiosa es la vida...)

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