miércoles

Ojalá sea verdad todo lo que no se puede ver.

Alguna vez ya os he hablado de mi peculiar forma de disfrutar del placer de las momentos de melancolía, y aunque me esfuerce en la reflexión… no he llegado a ninguna conclusión explícita (nada más allá de un cálido auto-abrazo)
Imagino que tendrá que ver con la magia de la vida, algo que toca los sentimientos más profundos y misteriosos del ser humano de una manera directa, sin contaminarse por la razón... aunque aun no consigo desentrañar el laberinto... tal vez sea algo complejo para alguien como yo porque lejos de especializarme o ser una gran estudiosa yo solo soy una persona que intenta expresar sus emociones... y que también se deja arrastrar por el instinto o eso que algunos llaman sexto sentido

Intento arreglármelas para darme placer a mi misma… (y en esta ocasión no hablo de onanismo) he creado mi espacio personal en este blog aún sabiendo que “Internet” y “privacidad” son antónimos. Aquí tengo el universo a mi manera.. Ahora puedo ver la vida a mi antojo, sin manual de instrucciones.. sin tutoriales, sin sabios consejos que seguir, solo experimentándome...

También es cierto que ahora me hago mucha compañía.. Vuelvo a disfrutar al estar conmigo, así de alguna manera quito presión a los demás… En líneas generales no tendría que echarles la culpa a los demás de mi infelicidad y en cierta medida, los demás tampoco tienen que ser los responsables de mi felicidad.
Ellos tampoco me tendrían que pedirme tanto…

Silenciosa en mi despertar,
sé muy bien cual es mi verdad,
tengo límites que afrontar
aunque a veces soy eterna.

Tengo manos con que tocar,
dos oídos que agudizar,
una boca para callar
y un deseo confesable:
algunas veces querría ser…

El deseo y el miedo son
dos obstáculos que vencer,
tengo mil formas de evasión
pero a veces no es suficiente.

Un deseo confesable:
algunas veces querría ser…

Deshaciendo la inseguridad,
solo lo más esencial,
liberándome de ataduras,
entregándome a la eternidad.


P.D. - Sigo sin cogerle el “tranquillo” a eso de dedicar canciones, o usarlas a modo “comodín” para gritarle a otros lo que no sabemos expresar con palabras. Posiblemente las melodías pueden ser siempre doblemente interpretadas.
Ni que decir tiene, meter en este saco, los nicks que metéis con calzador a modo de puñalada, guiño o nota de atención.

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